REFLEXIÓN

​Mi nombre es Marina Elena Obil Fermán, nací un 01 de Junio de 1997 en la hermosa Ciudad de San Andrés Tuxtla, Veracruz. Vivo con mis padres y mi hermana mayor llamada Nhabil, nuestra diferencia de edad que trasciende a diez años ha sido de ayuda y dificultad dependiendo las circunstancias que pasamos, problemática quizás por las peleas constantes y los desacuerdos pero de beneficio al necesitar su apoyo y consejo tanto en el ámbito personal como académico. Toda mi vida he sido unida con mi familia, tal vez no muy expresiva pero he intentado que sepan que los amo como mi propia personalidad me lo permite.

Soy una joven de estatura media, complexión grande, piel morena clara, de cabello negro, de labios gruesos y ojos grandes en café oscuro. Soy una persona amable, atenta pero con un carácter fuerte, soy inteligente, respetuosa, pensante, responsable, juiciosa en la mayoría de los casos, creativa, meticulosa sin llegar a la exageración, soy alguien tímida pero que puede dejarlo de lado y ser entusiasta cuando toma confianza, soy innovadora, comprometida, paciente, un tanto artista. Soy una persona accesible, a pesar de ser callada, me gusta conocer y observar a las personas y a todo lo que me rodea, justo eso fue uno de los motivos ideales que me conforman para mi elección de la docencia. Amo los momentos acompañada pero también atesoró mis momentos de privacidad, mi mayor gusto es la escritura y la conversión interna con mi yo mismo, gusto de dibujar a pesar de que no soy perfecta, me gusta escuchar música, ver fotografías y pensar, me agrada mucho pensar.

En el momento que construía mi autobiografía, observé a detalle las fotografías que han permanecido guardadas, y un sonrisa grande me invadió ante momentos idos, no tuve un infancia llena de lujos materiales pero sí una infancia llena de grandes tesoros como lo son mi familia, siempre fui feliz desde que tengo conciencia, no he tenido grandes problemas en mi familia y continuamente se lucha por conservar la estabilidad dentro de casa, fui una niña cuidada, amada y a la que le han inculcado luchar por lo que se quiere, sobresalir y perseverar por sus sueños, y eso es una filosofía que aún conservo.

Puedo decir también, que me llene de nostalgia ante las cualidades físicas que poseía pero me di cuenta que todos crecemos y sea como sea debo quererme, crecí intelectualmente, soy más juiciosa y responsable, he conocido muchas personas, buenas o malas, que me han enseñado lo importante de una relación de amistad y otras a no confiar a la primera en las personas; sin embargo, lo agradezco todo de todos, porque gracias a ello soy quien soy y estoy orgullosa.

Me concentré en lo creativo, en el sentimiento de felicidad para terminar de montar mi proyecto, y justo así fue, lo impregne de la emoción más fuerte que se apoderó de mí en ese instante y al final estuve satisfecha con el resultado.

Es cierto que me gusta ser distinta, desde los seis años me propuse serlo y al tomar a la docencia como profesión y estilo de vida, definitivamente, guardo aquella promesa. Constantemente crecemos y yo intento ser siempre la mejor versión de mi misma.