CONCLUSIÓN DE LA INFANCIA
- Elena Obil
- 9 oct 2015
- 3 Min. de lectura

Haciendo una análisis profundo de cada uno de los temas y rescatando las propias concepciones de los diferentes autores me doy cuenta que la perspectiva, concepto y visión de la infancia se ha ido transformando con el paso de las épocas y del tiempo, todo dependiente de la sociedad en la que estamos inmersos. En primera instancia, a los niños se les trataba de manera distinta, no eran queridos ni odiados (Philippe Ariés…). simplemente eran identificados como diferentes para la comunidad; la separación del mundo de los niños del de los adultos era ignorada, ambos convivían mezclados en una vida social consolidada por fuera de la familia que fue bien ilustrada por Brueghel. No había juegos, ni juguetes, ni vestimentas especiales para niños. La mortalidad infantil era elevadísima, se engendraban muchos hijos para conservar sólo algunos y la vida del niño se consideraba con la misma ambigüedad que la de un feto de hoy en día. La infancia era así un pasaje sin importancia. El niño era la forma inmadura de un adulto no demasiado interesante ni merecedora de trato especial: había que soportar ese estado esperando su maduración.
Con el paso del tiempo, los filósofos, los pedagogos, los científicos, los historiadores y los médicos se empezaron a interesar por el niño, tratando de encontrar respuestas a factores determinantes en su propio comportamiento.
Puedo decir que, la infancia es una etapa del desarrollo humano, que consta de los cero a doce años de edad, durante la cual influyen varios factores que permiten que ésta se desarrolle de una manera diferente en cada niño.
Y justo con ello afirmamos que el concepto de infancia en la modernidad es bien diferente. El niño es concebido como inocente, sin maldad ni sexualidad. Por ello es pensado como frágil e indefenso y debe ser protegido del desvío de los adultos. A la inversa del medieval, concita al máximo, el interés de una familia y una sociedad que lo cuida y lo educa para que "se forme bien" (Gelis…)
Así desde siglos pasados, observadores e investigadores han tratado de entender; estudiar y explicar cómo se da la infancia; cuales son los elementos que influyen en ella y como se desenvuelve el infante en la sociedad mediante esos factores.
La modernidad, parece ser el punto de confluencia en donde surge una imagen acabada de la infancia que se proyecta hasta nuestros días, en los cuales, comienza a advertirse cierto quiebre en esta construcción.
En la modernidad, la pedagogización de la infancia da lugar, a un infantilización de parte de la sociedad. Esto significa que se pone en marcha un proceso a través del cual la sociedad comienza a amar, proteger y considerar a los niños ubicando a la institución escolar en un papel central. Infantilización y escolarización aparecen en la modernidad como dos fenómenos paralelos y complementarios.
Baquero y Narodowski, señalan que la infancia es una elaboración de la modernidad y que dicha construcción, atraviesa actualmente por una crisis. En efecto, los modelos a los que refería la educación moderna, parecen desvanecerse el contexto actual.
Se menciona, por ejemplo, que el niño poseería en nuestros días un acceso a los medios de comunicación en el cual la información llega hacia él en la misma medida del adulto. Ya no existiría esta separación tajante entre el mundo infantil y el del hombre, tal como lo formulaba Rosseau. Entonces, la infancia pasiva, en la cual, gradualmente, el niño era iniciado al mundo adulto merece una revisión. Es así que las diferencias entre estos dos mundos, sólo pueden ser controladas dentro del espacio escolar, que es claramente "artificial" de la escolarización. Pero el mundo infantil, fuera de la escuela, se ha modificado.
En mi opinión, creo que estamos viendo el nacimiento de una nueva infancia. Por un lado, la revolución de las comunicaciones y la simplificación en la operación de la tecnología de la información, han colocado a los niños en una posición de igualdad frente a los adultos. Es cierto que la escuela no es ya el único ámbito en donde circula el saber, a menudo, muchas veces, esta aparece "corriendo" por detrás de lo que los niños ya han aprendido en otros espacios.
Finalmente, se observa que si bien la autonomía de la infancia parece acelerarse y mientras se potencia la estimulación de los niños propiciando un desarrollo que modifica las normas del pasado, vemos como se anticipa la adolescencia, demorándose sin embargo, cada vez, más el proceso de autonomía que insertará definitivamente al joven en la sociedad adulta.
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